Areté para Roberto Emmanuel
Fernando le dedicó ética a Amador; mucho antes, casi 25 siglos antes, Aristóteles hacía lo mismo a Nicómaco, las magníficas reflexiones en esta obra seguramente inspiraron al primero a transmitir y perpetuar sus consejos, pensamientos, experiencias y mejores deseos a su descendencia, no puedo yo dejar de sentir la inspiración en hacerlo contigo, especialmente en estos días de profunda introspección, recogimiento y meditación. Quería dedicarte también ética, pero preferí poner otro nombre, en fin, esas versiones de ética ya las leerás a su tiempo; y para no alejarnos, tu y yo, de esa fuente, de esa inspiración clásica, prefiero dedicarte Areté, Areté para Roberto Emmanuel. Son literalmente cientos, muchos más, son miles, los pensamientos y sentimientos que me embargan desde el primer momento que supe de tu venida, desde que decidiste que fuéramos tus padres, desde que me elegiste como tu papá. Incertidumbre, ansiedad, alegría, esperanza, preocupación, y muchos más, las